I have always loved the ocean metaphors, one of my favourites it´s when I said that we are not really owners of our lifes, sometimes we though that are able to manage our future and address our destiny but finally we are like a small piece of cork in the middle of the ocean, we try to swim towards the sea shore, but we are swept by the sea current, sometimes to the shore but others out to the sea.
Today, my ocean metaphor is related with my feelings.
"Once upon a time, a small wave was really sad. She was close to the sea shore and sandness and loneliness swept her heart. Another wave came up and said:
Hi little wave, What is it wrong? Why are you so sad?
The small wave with its eyes cover by tears said; I feel so sad because we are close to the shore and we are going to crash into the reef soon. We'll died.
The other wave answered; oh little wave don't be afraid, because you are not a wave you are a part of the ocean. You are either alone or a little wave, you are huge ....an ocean".
Our feelings right now are like theses small wave's feelings, sadness is filling our hearts, but on the other hand and thanks to all of you we feel huge, not like a small wave but a big ocean, bigger since we met all of you.
Thanks for your friendship, out of questions, It's the most valueable present that we'll carry in our lifes from this great land. We hope see, at least, some of you in a future, who knows where the sea current will steer our lifes.
Último día en la isla. La habitación que habíamos reservado para las dos prímeras noches, en el pequeño pueblo llamado Volcano, resultó ser fantástica. Ubicada en mitad de un bosque tropical, por la mañanas eran los pájaros de la selva los que te despertaban. Televisión, internet, y todos los detalles decorativos y prácticos que pudieramos necesitar en mitad del bosque. Levantarte por la mañana y ver como los helechos gigantes se asoman a la ventana fué un lujo que no olvidaremos. Esa mañana recogimos las maletas y nos dispusimos a recorrer la mítica Saddle Road, subir al observatirio del Mauna Kea, echar un vistazo a las tránquilas playas del Este, un pequeño hiking in Waipi´o Valley...................................Tal vez ver la escénica carretera costera entre Waipi´o y Hilo........... Vamos otro día tranquilo. Conducir por esta bacheada carretera, entre el Mauna Kea y Mauna loa, ambos volcanes de casí 4000 metros de altura y sorteando otros pequeños cráteres es una involvidable experiencia.
Subir al obsevatorio astronómico del Mauna Kea, supuestamente el que mejor visivilidad ofrece en todo el mundo, recompensa con una increible vista de un mar de nubes a nuestros pies.
Al acabar, los finalmente largo 60 kilómetros de Saddle Road, otra increible vista de la cara norte del Mauna Kea con su cumbre nevada te sorprende. Estamos en Hawaii, pero la cumbre del Mauna Kea esta bajo cero durante casí todo el año.
En la punta norte de la isla, Waipi´o Valley nos deparaba la última e inolvidable excursión del viaje. 5 valles paralelos, los 4 últimos solo alcanzable a pie por un penoso camino de montaña te ofrecen unas de las más increibles y vírgenes vistas de Hawaii.
La bajada hasta la playa de Waipi´o y el primer valle es durísima. Allí un primer valle destruido hace unos años por un Tsunami, hoy recuperado con todo tipo de vegetación tropical que uno imagine, te espera. Las cascadas más altas de Hawaii, como Waimoa Falls también se esconden en esta zona. Barro, mosquitos, necesidad de cruzar continuos ríos descalzos y otras penalidades también nos dieron la bienvenida.
Si quereis ver como se pierde el ESPIRITU ALOHA acumulado en una semana en Hawaii, podéis ver el siguiente video.
Sí la bajada a Waipi´o Valley fué dura, de la subida mejor no hablo.
Nos despedimos del precioso valle, y con las últimas luces del día y a toda velocidad para intentar ver las famosas Akaka Falls, que están casí en Hilo, tomamos dirección sur. Lástima no haber tenido más tiempo para disfrutar Akaka Falls State Park porque es un lugar de una belleza excepcional. El día solo tiene 24 horas.
A diferencia de la genta normal, la buena gente podríamos decir. Nosotros no hemos ido a Hawaii a descansar. El segundo día la jornada empezó a las 6 de la mañana. Con los albores del día y las botas de montaña bien atadas, protector solar y repelente de mosquitos, empezamos la mañana disfrutando de uno de los más bonitos y variados hikings de la isla, Kilauea Iki Trail. Rain Forest, un cráter que hace 40 años escupió cantidades ingentes de lava. Hoy, con la cumbre nevada del Mauna Kea de fondo, puedes bajar hasta el cráter, disfrutar durante la bajada de un bosque tropical impresionante, cruzarte con algún Nene, una ganso endémico de la zona, y ver como la naturaleza se empieza a abrir paso incluso en el mismo cráter.
10 de la mañana, de vuelta de hiking y con las piernas ya castigadas. Salimos del Volcano National Park y nos dirigimos hacia Puna, la zona sur de la Isla.
Paramos en el Lava Tree National Monument, donde la lava en su lento avance cubrió los árboles de la zona dejando unos caprichosos monolitos rodeados de exuberante vegetación.
Más hacía el sur entramos en Kapoho area, una Hop Pot en Alanui Beach Park con agua a 90 grados debido a una surgencia volcanica y las denominadas Tide Pools, paraiso de los amantes del snorkel, son dos atractivos de esta zona. El ambiente hippy y las solitarias carreteras con exuberante vegetación aumentan este atractivo.
Medío día y cambiamos de zona, nos dirigimos a la zona sureste, punto más al sur de USA. La guía Lonely Planet, marca una playa de arenas negras y otra de arenas verdes.
Y allí estaba, la play más increible que uno se pueda imaginar, arena volcánica negra, fácil de quitar del cuerpo. Tortugas marinas descansando tranquilamente entre respetuosos bañistas y gente jugando a las raquetas. La playa, para hacerla más idílica es un precioso istmo de arena negra entre el mar y un lago de agua dulce rodeado de vegetación tropical. ALUCINANTE!!!
Pero encontraríamos la otra playa de arenas verdes? Pues sí, a la espalda del de la gorra, y trás 3 millas de caminata una pequeña bahía con olivina, forma una pequeña pero asombrosa playa de arenas de un verdoso oliváceo. Cuando llegamos a Green Sand Beach, pudimos disfrutar de la playa en solitario. Como negativo, que a diferencia de la arena negra que te la puedes quitar del cuerpo facilmente. Hoy, dos semanas después de dejar la Green Sand Beach, todavía no he podido quitarme toda la verdosa arena. Es lo más pegajoso que nunca he visto.