Sunday, September 09, 2007
México D.F.
uede convertirse en toda una aventura, máxime cuando lo intentas en hora punta. Las costumbres locales difieren bastante de lo que estamos acostrumbrados en España y mucho más de las costumbres Norteamericanas. Por lo que parece, en dichas horas punta, las mujeres es preferible que viajen en vagones específicos para ellas en los que evitan unos frecuentes ¨manoseos¨. Nosotros, quizás porque no somos del agrado de los Mexicanos, quizás porque esta costubre es ya algo menos frecuente o por simple casualidad no nos percatamos de nada anormal. Tal vez sorprenda que en cada boca de metro hay varias docenas de curiosos observando a la gente que sube y baja. Viajar en táxi tambien es descorcentante porque hay varios tipos de compañías diferentes, con precios diferentes también y se supone que con seguridad diferente. Cientos de carteles indicando que si sufres mordida por parte de la policia que lo denuncies, etc. Bueno, que aunque nosotros no sufrimos ninguno de estos inconvenientes, es esta una ciudad, como muchas de las grandes ciudades del mundo, para ir con los ojos bien abiertos.

Por la tarde pudimos recorrer las calles más céntricas de la capital, ver una exposición en la calle de Frida Kahlo, dar buena cuenta de la comidad Mexicana en un restaurante típico y descubrir al llegar la noche y llegar al hotel, que éste estaba ubicado en plena zona de locales de streaptease y ¨mariachies calientes¨. A pesar de todo la anterior dormimos como benditos.
En el segundo y último día en la capital fuimos al museo antropológico, gran museo que no debe perderse aquel que pueda pasar un par de días en México D.F. Una gozada disfrutar de todas las exsplicaciones sobre los mayas, los aztecas y demás pueblos mexicanos de los que habíamos visto ruinas pero no conocíamos bien su cultura. El museo está realmente bien preparado, con maquetas, audiovisuales y guías que facilitan la visita.
Vitrina con uno de nuestros ancestros con Ana y restos de la ciudad de Teotihuacán.

La serpiente emplumada en Teotihuacán y un enterramiento en Teotihuacán.

Máscara funeraria del lider maya Pakal (de Palenque)
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