Friday, August 31, 2007
Camino de Palenque, adios a Guatemala.
En la frontera, de nuevo una destartalada caseta en la que un oficial te aduanas te vuelve a cobrar tasas por el articulo 33. De nuevo ¨agentes bancarios de cambio de moneda¨en este caso poco negocio hicieron los pobres y finalmente la última aventura Guatemalteca. La susodicha frontera entre Guatemala y Mexico en Chiapas, es un río, el Río Usumacinta. Río que nace en el Peten y se convierte luego en el más largo y caudaloso río Mexicano. Y allí estabamos nosotros cruzandolo en un barquita sin ningún chaleco salvavidas, rodeados de espesa selva, monos aulladores y cocodrilos. Viene a resultar también que la aduana Mexicana no esta al otro lado del ancho del río, hay que ir río abajo durante unos 20 minutos en la barquita de madera. La viaje se convirtió en una especie de espectacular excursión, una de las más bonitas del viaje, pero no es una excursión, es la manera regular de viajar de Guatemala a México en esa zona.
En Chiapaneco lado otra furgoneta nos conduciría a Palenque. De nuevo a derecha e izquierda, río arriba y río abajo, excusiones y ruinas Mayas increíbles, solitarias y deslumbrantes como: Yaxchilan o Bonampak. Nosotros lamentablemente no tuvimos tiempo para visitarlas. En otra ocasión será. Una vez en Palenque, después de unas 9 horas de viaje en furgoneta, barca y furgoneta de nuevo, a buscar hostelito para pasar la noche y a la oficina de inmigración, porque en la frontera Mexicana se les habían acabado los formularios de entrada al país. Vaya por Dios.
A la mañana siguiente contratamos una excursión que nos llevó a ver las también espectaculares ruinas de Palenque (posiblemente junto a Tikal y Copan en Honduras) las más representativas, intrincadas en la selva y bonitas de todo el mundo Maya. Teníamos 4 horas para visitar dichas ruinas.
Incluso no dió tiempo de darnos un chapuzón antes de que cayera el diluvio universal que por estas tierras se hace presente a diario.
<< Home